El caso de Rodolfo, el callejerito que fue cruelmente asesinado en Los Mochis, Sinaloa, puso el dedo en la llaga para visibilizar la crueldad animal.

“Debido a que el orden social de los sapiens es imaginado, los humanos no pueden conservar la información crítica para hacerlo funcionar mediante el simple expediente de hacer copias de su ADN y de transmitirlas a su progenie. Hay que hacer un esfuerzo sustancial para mantener las leyes”.

Y. N. Harari (Sapiens De animales a dioses)

Hay tragedias que calan tan hondo que terminan siendo la disrupción y el parteaguas que se requería para visibilizar ciertos males. Y eso es justamente lo que sucedió con el caso de Rodolfo Corazón, un perro callejerito que vivía en Los Mochis, Sinaloa y era muy apreciado por vecinos de un barrio en esa ciudad.

Entre todos lo alimentaban y cuidaban, hasta que un día un sujeto con el argumento de que el can atacó y mordió a su novia le quitó la vida a machetazos. A partir de ahí la historia se viralizó en redes, medios informativos retomaron el caso y figuras públicas como el actor Eugenio Derbez pidieron que se castigara al criminal.

Incluso, una usuaria de Internet lanzó una petición en Change.org para exigir justicia y rebasó las 25 mil firmas, así como también se realizaron marchas pacíficas en contra de la crueldad animal en diferentes puntos del país.

La historia de Rodolfo Corazón trascendió fronteras y visibilizó una práctica común en el ser humano: lastimar a un ser indefenso, en este caso los sin voz, lo que suele evidenciar la necesidad de sujetos que psicológica o socialmente se sienten débiles, inferiores, minimizados, abusados o vulnerables y para compensar ilusoriamente este sentir cometen abominables actos.

La psicoanalista Claudia Guerrero Montiel explica que la educación y transmisión de valores durante la infancia son piezas clave para formar seres humanos sensibles, empáticos, con capacidad para aceptar y reconocer lo diverso y para no recurrir a la violencia como una forma de relacionarse con su entorno.

“Durante la infancia se establecen los cimientos que marcarán la pauta del comportamiento, las emociones, sentimientos y los rasgos que caracterizan la personalidad de todo ser humano, por lo tanto si dentro de su contexto, sobre todo en el hogar, abusar de otros es visto como algo normal, lo más probable es que sea una actitud imitada por el niño/a y que repetirá a lo largo de su vida con animales y/o personas”.

Por otra parte, la abogada fiscalista y Maestra en Derecho penal Melba Alejandra Méndez Portuguez recuerda en entrevista con Planeta las cinco libertades del animal que se establecieron en el Informe Brambell (1970), las cuales son:

a) Vivir libre de hambre, sed y de desnutrición
b) Estar libre de temor y de angustia
c) Estar libre de molestias físicas y técnicas
d) Estar libre de dolor, de lesión y de enfermedad
e) Ser libre de manifestar un comportamiento natural

De origen costarricense, la experta en leyes internacionales comenta que en su país la Ley de Bienestar de los Animales ( Ley número 7451 emitida en el año 2016 ) establece que la familia y las instituciones educativas fomentarán en niños y jóvenes el bienestar en los animales y enfatiza que las condiciones básicas son: satisfacción del hambre y sed, posibilidad de desenvolverse según sus patrones normales de comportamiento, muerte provocada sin dolor y, de ser posible, bajo supervisión de un profesional, ausencia de malestar físico y dolor y preservación y tratamiento de las enfermedades.

Añade que después se da la creación del Reglamento para la Reproducción y Tenencia Responsable de animales de compañía, que tiene como objeto la reproducción responsable de animales, así como ciertos requisitos: educación, entrenamiento, alimentación, cuidados. En tanto, se entiende por animal callejero “aquel perro o gato que deambula por la vía pública y en apariencia no tiene propietario o tutor”.

La abogada Melba Alejandra Méndez indica que en la reciente reforma a la Ley de Bienestar Animal se penaliza el maltrato animal con penas que van desde los tres meses hasta los dos años de penas privativas de libertad, lo cual se considera un avance en el sistema penal costarricense.

“A nivel internacional la WAP ( Organización Internacional de Protección Animal Mundial) lleva más de 30 años trabajando con 50 países por el bienestar de los animales y contra la crueldad animal; los animales son seres sujetos de vida por lo que merecen nuestra consideración y concientización, tanto que el derecho ambiental contemplado en diversos marcos jurídicos sensibilizan nuestro entorno y reconocen a nuestra Madre Naturaleza como un ser pensante, viviente, que a través de todos los tiempos la hemos entendido como Pachamama o Gaia”.

México también contempla la Ley de Protección a los Animales, mediante los principios de proteger la vida y garantizar el bienestar de estos seres, trato digno, respetuoso y aún más dispone que se regula la expedición de normas ambientales en materia de protección a los animales.

Por eso el caso del perrito Rodolfo Corazón fue tan mediático y causó tanta indignación, porque violenta normas jurídicamente tuteladas por las leyes mexicanas, transgrede a la Madre Tierra, nos lastima profundamente a todos, con heridas mucho más dolorosas que las causadas por el machete criminal.

Más que un llamado, nuestro grito es para que estas conductas delictivas sean sancionadas con mayor severidad, por el derecho humano de la naturaleza, porque este es el único planeta que tenemos, porque nuestra obligación y compromiso es proteger a nuestro ecosistema, mantener el legado de nuestros ancestros; la naturaleza nos ofrece la armonía con todos los seres vivos, amar desde el alma y qué amor más grande y puro puede existir que el que nos brinda un perrito, que a pesar de todo sigue confiando en “la buena voluntad de los seres humanos”.

Video hecho por Oa Mazafans para Rodolfito: