Una extraordinaria alternativa para el manejo sostenible del suelo es el carbón vegetal cuando es empleado como enmienda; es decir, es biomasa de origen vegetal procesada por medio de la pirólisis.

El biocarbón, producto rico en carbono que resulta del calentamiento de biomasa, ayuda a la restauración del suelo, incrementa su salud y aumenta la capacidad de retener humedad.

Expertos académicos consideran que es una alternativa para el manejo sostenible de este recurso fundamental para la vida, que está altamente erosionado y sobreexplotado en numerosas regiones del mundo.

Durante el Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo (PUEIS) que realiza la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se abordaron las problemáticas de las superficies de México, donde gran cantidad de las tierras han perdido su materia orgánica por la labranza continua y la sobreextracción de rendimiento sin recuperar los nutrientes.

Esto ha ocasionado que no tengan el contenido de carbono que podrían poseer si hubieran mantenido su cobertura vegetal natural. Por tanto, ese déficit también se pretende suplir con aplicación de enmiendas orgánicas en general, en donde el biocarbono ofrece una posibilidad de agregar materia orgánica estable que no se va a degradar rápidamente.

Este componente tiene propiedades especiales que le confieren la retención de carbón orgánico y una porosidad grande.

Esa porosidad le permite crear vida microbiana, la cual cuando se agrega mejora la calidad y las condiciones de los terrenos degradados, contribuye a la recuperación, a evitar la separación de las partes solubles de nutrientes e incrementa su capacidad de retención del agua.

Además, mantiene el carbón que remueve el dióxido de carbono de la atmósfera y lo concentra para crear esta recarbonización. Aunque faltan estudios para pasarlo a una política pública, es interesante su multifuncionalidad, ya que puede beneficiar la restauración, incrementar la salud de los suelos y aumentar la capacidad de retener humedad.