Nuestro Hogar.

Desde los albores de la conciencia humana, los homo sapiens hemos estado recogiendo agua de lluvia. Los paleontólogos creen que las técnicas rudimentarias para captarla, almacenarla y transportarla fueron factores importantes en los movimientos nómadas inmigratorios que colonizaron los cinco continentes habitables. Estas prácticas se han desarrollado en todas las civilizaciones, por lo que la cultura ancestral al respecto es profunda y rica.

En los tiempos actuales, la captura de agua pluvial se ha venido practicando para facilitar el acceso al agua en zonas donde no llega el suministro seguro o los habitantes la tienen lejos de su domicilio. Esta práctica a pequeña escala permite a muchas familias beber, cocinar y lavarse cuando falta el suministro. Es un recurso cada vez más útil cuando los acuíferos están contaminados o agotados y constituye una herramienta de adaptación al cambio climático en muchas zonas secas y deprimidas.

Al respecto, legisladores de las distintas bancadas del Congreso del Estado de Quintana Roo, respaldaron la propuesta de la diputada de Morena, Luz María Beristain, en el sentido de promover la práctica de la captación de agua de lluvia como una excelente opción para lograr que el acceso al agua pueda seguir avanzando en zonas y ubicaciones en las que es difícil planificar infraestructuras de suministro a corto y mediano plazos.

La diputada Beristain explicó en su momento que sin duda es una gran ayuda también para la adaptación al cambio climático y para empoderar a las comunidades más deprimidas. “Es preciso lograr la inversión que se requiere para lograrlo, aprender a cuidar y a procesar el agua para que no falte en nuestros hogares es responsabilidad de todas y todos los que habitamos este maravilloso planeta llamado Tierra, por lo que proponemos que de 2024 a 2030 se establezca el sexenio del agua”, señaló la morenista durante el Foro “Hacia una sostenibilidad hídrica de Quintana Roo”.

La Fundación We are water (Somos agua) por sus siglas en inglés, organización sin fines de lucro, creada en 2010 con el objetivo de contribuir a la resolución de los problemas derivados de la falta de agua y saneamiento en el mundo, explica que las técnicas de captación (o recolección) de agua de lluvia –también conocidas como técnicas de WH (water harvesting)—por sus siglas en inglés, son aquellas que recogen escorrentía de techos o superficies impermeables del suelo.

 También se aplica el término WH a la denominada recolección de agua de inundación, que son técnicas que captan agua a mayor escala de superficies como calles, canales y otras instalaciones que actualmente se denominan SUDS (Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenibles) y que están siendo adoptados en muchas ciudades para gestionar las aguas pluviales.

Asimismo, la captación del agua de lluvia a mayor escala, como son los pequeños embalses, se está desarrollando actualmente en muchas tierras secas para regenerar los acuíferos, frenar su sobreexplotación, controlar las escorrentías dañinas y proporcionar a los campesinos una fuente de empoderamiento.