Es sinónimo de la importancia de generar comunidad y repensar espacios públicos con génesis ambiental.
Nace como iniciativa personal de una vecina en la Col. Donceles, de Cancún, y a la fecha forma parte de un proyecto integral en el que no solo la comunidad está involucrada sino el municipio mismo lo contempla como prioridad.
Por alguna extraña razón existen “ciudadanos” que no son otra cosa que depredadores y parásitos que se nutren del entorno ambiental y disfrutan de las bondades de la vegetación y los ecosistemas pero en reciprocidad solo atinan a destruir y contaminar porque es lo que su mente y corazón les dicta.
Eso desafortunadamente pasa en un espacio emblemático de la Donceles 28, de las primeras colonias que existieron en el municipio de Benito Juárez desde su creación, localidad que dio lugar a lo que hoy en día es uno de los destinos turísticos más importantes del mundo: Cancún.
No es únicamente un área verde, su extensión abarca al menos tres hectáreas donde cohabitan diversas especies como coatíes, mapaches, cocodrilos, así como infinidad de especies vegetales y animales que se alimentan de los humedales, es una zona de manglares sumamente rica y valiosa que ha comenzado a ser protegida y vigilada por los mismos vecinos de la zona.
“Llevaba años viendo tanto a los coatíes de aquí como los que están en la calle Revolución rodeados siempre de basura, fue como que una inquietud, hasta que un día decidí que era suficiente y me di a la tarea de limpiar junto a otros amigos y vecinos que se unieron, sacamos inodoros, llantas, montañas de basura y seguimos haciéndolo cada domingo”, relata Mar Andrea Aldana, pionera del Clan Coatí.
En plática con Planeta, señala que hizo una convocatoria abierta a través de redes y al comienzo respondieron unas 15 personas en agosto del año pasado cuando se hizo la primera brigada de limpieza y como a la octava se concretó un pequeño parque improvisado.
Actualmente se reúnen cada domingo aproximadamente 200 personas y han logrado sacar alrededor de 15 camiones de basura apoyados por servicios públicos municipales, aunque todavía no se ha logrado concretar la señalética ambiental.
“Creo que hasta que no tengamos eso vamos a tener la misma problemática que es que ven un espacio verde y para muchas personas es sinónimo de tiradero, todavía hay vecinos y vecinas que tiran sus escombros, todavía hay gente que llega con costales y tira cemento, block, basura, muchísimos tipos de basura y gente que cotidianamente pasa y tira la botella o la bolsa de las papitas, todavía tenemos de eso muchísimo, si cada domingo venimos para acá otra vez hay que limpiarlo y es cansado, por eso también optamos por hacer brigadas grandes con voluntarios una vez al mes para que sean más efectivas”, comenta.
En este aspecto, Mar Andrea se refiere a los depredadores y parásitos de los que hablamos líneas arriba, no existe todavía alguna amonestación para estos zánganos afectos a la inmundicia porque no hay autoridad que vigile de tiempo completo, pero con la señalética ambiental habría mayor garantía de que los mismos vecinos se involucren en el cuidado de la zona y se conviertan en cuidadores, aunado a que el ayuntamiento podría contribuir con cámaras para dar un castigo más puntual a quienes no entiendan la importancia del respeto y la civilidad.
Añade que aunque está decretado como reserva natural, vecinos que radican enfrente usaban el espacio como estacionamiento de sus vehículos, por lo que se resisten al cambio al ser parte del proyecto en el que se contempla el Paseo Coatí.
“La idea ahora es exigir que se hagan las etapas, la primera es la banqueta, lo cual está 100 por ciento en la capacidad municipal, no necesita más que tomar la decisión de destinar recurso para generar una banqueta digna en el Paseo Coatí y con los vecinos ir construyendo un espacio público, la génesis del plan es ambiental, la protección a los coatíes, a los mapaches, a los cocodrilos, a los manglares y a todo el entorno natural de la laguna”, subraya.
Reconoce que al espacio verde todavía le falta aproximadamente un año para consolidarse pero ha sido de gran ayuda que el ayuntamiento, regidores y la misma presidente municipal hayan respondido al llamado para participar en las jornadas de limpieza y contribuir al avance del proyecto de Paseo Coatí, construyendo las bases con un parque donde hay ya un camino que facilita su limpieza y también el disfrute de las familias.
Para la construcción de Paseo Coatí se contempla un fondo promovido por la misma comunidad, la cual está consciente de lo fundamental de repensar los espacios juntos y juntas para crear proyectos exitosos.
“Lo que se ha logrado hasta ahorita es por las manos que han estado limpiando, de repente todo este esfuerzo rindió frutos porque el gobierno municipal levantó la mano y ayudaron con limpieza y a generar unos senderos, hasta donde llega un poquito la visión de servicios públicos municipales; sin embargo, la idea es seguirlo construyendo dentro de una comunidad participativa”, insiste emocionada.
Mar destaca que la participación comunitaria no solo debe ser física sino de manera real exigiendo que las cosas sucedan, “nosotros presentamos un proyecto que hizo escala, recolectamos firmas, el proyecto se construye además con los comentarios de los vecinos, las características, el programa arquitectónico se define por socializarlos, el proyecto es en realidad un reflejo de un proceso muy orgánico de diseño participativo, nos interesa que se diseñe con la participación, es la democracia puesta en práctica”.
Clan Coatí Cancún @clancoaticancun